HTML5 es la última versión de HTML lenguaje de marcado con el que se estructuran los elementos que componen las páginas web. Desde su nacimiento, en 1993, HTML fue atravesando distintos cambios que ampliaron sus posibilidades funcionales para adaptarse a las crecientes necesidades que presentaba la Red. Pero HTML5 es mucho más que un cambio de estándar: es el inicio de una revolución en las metodologías de desarrollo de páginas, contenidos multimedia y aplicaciones web.
La transición hacia HTML5 implica avanzar varios pasos hacia la Web 3.0 o Web Semántica. El nuevo estándar permite a los desarrolladores utilizar etiquetas descriptivas para insertar elementos de audio, video, tablas dinámicas y formularios. Incluso se pueden generar gráficos 2D desde código. Estos cambios, que a simple vista pueden parecer poco relevantes para el usuario común, implican una reducción en la necesidad de descargar plugins externos para visualizar contenidos multimedia, como Adobe Flash.
HTML5 vino a solucionar muchos de los inconvenientes de esta tecnología, omnipresente en juegos, aplicaciones y videos en línea. Uno de los mayores problemas de Flash es el alto volumen de recursos que consume. Esto es especialmente problemático en tablets y smartphones, ya que implica un rápido agotamiento de la batería. Para peor, las últimas versiones de Flash presentan una gran inestabilidad, llevando a permanentes reinicios del navegador. HTML5 evita estos inconvenientes y por eso está siendo adoptado con gran velocidad por los web browsers presentes en los dispositivos y los sistemas operativos más utilizados.
HTML5 también es útil para el desarrollo de juegos. Esto viene dado por sus prestaciones para el desarrollo de video e imágenes 3D y 2D, pero también por su capacidad de almacenar datos en la computadora del usuario (en lugar de hacerlo en el servidor) y sus facilidades para la conexión entre usuarios a través de sockets.
A pesar de que todavía se encuentra en desarrollo, HTML5 está llamado a ser un estándar sumamente eficiente tanto para el desarrollador como para el usuario, que expandirá como nunca imaginamos las posibilidades de los dispositivos móviles.