Ya nos referimos a HTTP, el protocolo basado en un esquema de pedidos y respuestas que nos permite navegar por la Web. Cuando solicitamos acceder a un recurso web (que puede ser una página, una imagen, un video o cualquier otro archivo alojado en un servidor), recibimos un código de estado, consistente en un número de tres dígitos, que nos informa el resultado de la petición. En particular, los códigos cuyo primer dígito es 4 nos indican que pudimos conectarnos con el servidor, pero hubo un error por parte del cliente. El más conocido es el código 404, Not Found, que obtenemos cuando solicitamos un recurso inexistente en el servidor. Puede ser que queramos acceder a un archivo eliminado recientemente, o que hayamos seguido un enlace roto, o bien que hayamos escrito mal la dirección, pero no existe ningún recurso con el nombre especificado.
¿Qué pasaría si un usuario, navegando por nuestro sitio web, se encontrara con este problema? Debería encontrar algo más que un mensaje estándar en letras negras sobre fondo blanco. Al igual que las páginas correspondientes a otros códigos, la del 404 en particular puede y debe personalizarse, por las siguientes razones:
- Es recomendable para un buen posicionamiento en buscadores.
- Los mensajes «por defecto» de los browsers suelen emplear una jerga técnica que puede ser problemática para la mayoría de los usuarios.
- Una página de 404 generada por el browser no contendrá un menú de links que le permitan al usuario seguir navegando por nuestro sitio web. Por eso, lo más probable es que termine abandonándolo.
Muchos desarrolladores olvidan personalizar esta página o bien la descuidan, limitándose a incluir un mensaje de dos líneas que respeta el diseño del resto del sitio. Consideran, erróneamente, que una página de error es menos importante que la de contacto o la de novedades. Sin embargo, existen muchísimos ejemplos de páginas de 404 elaboradas con creatividad y dedicación. ¿Qué características presentan?
- Mantienen el diseño de las demás páginas, haciendo que el usuario se sienta «contenido» dentro del sitio y no crea que se perdió.
- Explican detalladamente el problema, por qué pudo haber pasado y cómo resolverlo. Incluso pueden pedirle al usuario que reporte un enlace roto si esa fue la causa.
- No le echan la culpa del error al usuario, o lo hacen pero en un tono humorístico.
Si bien es útil tener una buena página de error 404, es ideal revisar el sitio periódicamente en busca de enlaces rotos, para reducir la posibilidad de que el usuario aterrice en ella.