Actualmente, son muchos los dispositivos que permiten navegar por Internet. A las tradicionales computadoras de escritorio y portátiles se fueron sumando, en los últimos años, celulares, tablets, televisores y electrodomésticos. Pero ¿cómo garantizar que se mantenga una buena experiencia de navegación entre dispositivos con tecnologías y tamaños de pantalla tan diferentes?
Ese difícil objetivo guía al Responsive Web Design, a menudo abreviado RWD y conocido en español como diseño web sensible o adaptativo. Los sitios web desarrollados bajo este enfoque buscan brindar una experiencia de visualización óptima (lectura y navegación fáciles, que no requieran de muchos desplazamientos y cambios de tamaño de la ventana) a través de un amplio rango de dispositivos.
El principal aliado en esta tarea es el último estándar de hojas de estilo en cascada, CSS3, que a través de su módulo Media Queries permite adaptar la plantilla al entorno de visualización. Esto incluye el cambio de tamaño automático de imágenes, tablas y tipografías, además del ancho de página. Con Media Queries se elimina la necesidad de crear una versión diferente del sitio para cada dispositivo: se trabaja sobre una sola versión, que se modifica según la plataforma desde la cual se lo visualice. Así, se eliminan los tiempos y los costos que implicaría desarrollar, actualizar y optimizar varios sitios web separados.
Por el momento, CSS3 esta en desarrollo y todavía pueden existir problemas para interpretar los Media Queries. Sin embargo, el crecimiento de la conectividad móvil obliga cada vez más a plantear soluciones web flexibles, y este método se presenta como una excelente opción. No quedan dudas de que, con el paso del tiempo y el progresivo desplazamiento de la navegación desde escritorio en beneficio de la navegación móvil, cada vez más desarrolladores se inclinarán hacia el Responsive Web Design.