La mayoría de los usuarios asiduos de Facebook están acostumbrados a las aplicaciones online desarrolladas sobre esa plataforma. La red social más utilizada del mundo ofrece a los programadores una API o interfaz de desarrollo para crear juegos, cuestionarios, herramientas para compartir contenidos o utilidades para la gestión de nuestra cuenta. Aunque sean muy comunes las aplicaciones de entretenimiento sin utilidad aparente, lo cierto es que el único límite a la API de Facebook está dado por la creatividad del desarrollador. Y, de hecho, estos pequeños programas pueden ser muy provechosos para cualquier campaña de marketing online que desarrolle nuestra empresa.
Muchas marcas han alcanzado un gran nivel de viralización gracias a las aplicaciones para concursos. En estos juegos, los usuarios compiten entre ellos para ganar algún premio. Si bien no garantizan por sí solas una buena fidelización, sí pueden generar un impacto profundo en muy poco tiempo. Muchas marcas nuevas las utilizan para darse a conocer.
Otras aplicaciones, se basan en el intercambio de obsequios virtuales entre los usuarios. Las tarjetas, los regalos y las felicitaciones de cumpleaños gozan de gran popularidad, y si logramos asociar a ellos el nombre de nuestra marca, estaremos utilizando a los propios usuarios como vehículo de nuestras propuestas.
Antes de su instalación, las aplicaciones piden permiso a los usuarios para acceder a ciertas características de su cuenta. Por ejemplo, pueden solicitar autorización para realizar publicaciones en su propio muro. Esta característica puede sonar invasiva, pero bien utilizada puede constituir un buen recurso de viralización. Si los usuarios consideran que el contenido que se publicará en su muro es gracioso o interesante, se verán inclinados a instalar la aplicación y de esa manera sumarán un nuevo canal para la difusión de nuestra marca.
Casi todas las aplicaciones exitosas se sostienen sobre dos pilares: el entretenimiento y la generación de contenidos que merezcan ser disfrutados de manera colectiva.