A través de la iniciativa de la Web de los Dispositivos, el World Wide Web Consortium busca facilitar el desarrollo de soluciones web que se adapten a las nuevas necesidades que impone el avance de la tecnología, para poder navegar fácilmente en cualquier momento y lugar. Uno de sus desafíos es garantizar una buena experiencia de navegación en dispositivos que funcionen bajo formas de interacción no tradicionales, es decir, que no emplean un mouse y un teclado alfanumérico como las notebooks y las computadoras de escritorio. Teléfonos móviles, tablets, sistemas de GPS para automóviles y electrodomésticos incorporan características de acceso a Internet a través de voz, gestos, lápiz óptico y tacto.
Estas formas de interacción se diversifican y no buscan reemplazarse entre sí; por el contrario, tienden a complementarse. Pero ¿cómo lograr que convivan en armonía? El acceso multimodal es una situación ideal en la cual diversos dispositivos y personas pueden comunicarse entre sí a través de distintos mecanismos de interacción: auditivos, visuales, táctiles o gestuales. Al mismo tiempo, un mismo dispositivo debe poder ofrecer al usuario distintas modalidades de introducción de datos y obtención de resultados.
Actualmente, las implementaciones de este tipo de servicios varían mucho dependiendo de cada dispositivo, y, en general, utilizan plataformas y tecnologías propietarias. El desafío es generar un mecanismo estandarizado y universal para esta clase de desarrollos, con vistas a crear una «Web única» que permita a cualquier usuario acceder a la información que desea sin importar dónde esté y qué modalidad o dispositivo prefiera.
Las tecnologías que asistirán a este objetivo son todas las que integran la iniciativa de navegación por voz sumadas al lenguaje InkML. Se trata de un formato basado en XML para interpretar la «tinta digital» ingresada a través de un bolígrafo electrónico. Entre sus aplicaciones se encuentra la digitalización de texto manuscrito (incluyendo fórmulas científicas) y la verificación de firmas.
En la medida en que los desarrolladores adopten los estándares sugeridos por el W3C, avanzaremos hacia una Web con mayores posibilidades de manipulación, que nos permita obtener la información que deseamos de formas nunca imaginadas.