Hasta hace no muchos años, tener un espacio propio en la Web requería de tiempo y esfuerzo. Pero con el surgimiento de la Web 2.0, cualquier persona sin conocimientos especiales pasó a tener la posibilidad de publicar sus opiniones en la Red en cuestión de segundos. Esta democratización también se extendió al diseño: cada vez más sistemas nos permiten montar un sitio web de aspecto profesional sin necesidad de conocer algún lenguaje de maquetado o programación. Sistemas de gestión de contenidos, generadores de plantillas y plantillas prediseñadas (muchas veces gratuitas) son de ayuda no solo para diseñadores inexpertos sino también para diseñadores profesionales, que suelen partir de estructuras ya implementadas para finalizar sitios web en menos tiempo.

Pero ¿cuál de las dos opciones es la más conveniente?

Diseñar a partir de un desarrollo previo

• Agiliza enormemente el tiempo de desarrollo.
• Es más barato: probablemente no necesitemos encargar a nadie el desarrollo de algún elemento particular, como, por ejemplo, íconos o imágenes.
• Contamos con el apoyo de una solución que puede haber sido utilizada varias veces y, por lo tanto, poseer virtudes probadas en materia de seguridad o funcionalidad.
• Limita nuestros horizontes creativos: el diseño final deberá parecerse a aquel en el que nos basamos.
• Si utilizamos algún generador de plantillas o incluso una plantilla generada con un framework, es probable que el código fuente sea innecesariamente complejo y pesado.

Diseñar desde cero

• Abre horizontes creativos prácticamente ilimitados: nuestra única materia prima es la imaginación.
• Permite obtener una solución altamente personalizada, adaptada a las necesidades del cliente.
• Además de fácilmente adaptable, el sitio terminará siendo fácilmente escalable, ya que conocemos perfectamente las tecnologías con que se construyó.
• Como todo el código deberá ser desarrollado por nosotros, conoceremos a fondo cada detalle del diseño y cómo modificarlo en caso de ser necesario.
• Puede requerir de mucho tiempo.

La elección de una u otra opción puede depender de lo que el cliente prefiera priorizar: el tiempo de puesta en marcha o la originalidad del diseño.