23/02/2016
¿Cuándo deberíamos rediseñar nuestro sitio web?
El diseño de nuestro sitio web determina la primera impresión que tendrán muchos usuarios con respecto a nuestra empresa. Por lo tanto, puede influir de manera decisiva en varias tasas de conversión, como las referidas a volumen de tráfico, duración de las visitas y cantidad de compras a través del sitio. En ocasiones, cuando no obtenemos los números deseados, modificar el diseño es una de las primeras soluciones que se nos vienen a la mente. Sin embargo, un rediseño total implica una importante inversión de tiempo y dinero, especialmente si incluye la migración de los datos a un sistema nuevo. Y a veces lo que conviene no es reemplazar el diseño por otro, sino ir haciendo adaptaciones graduales en sus elementos por separado (enfoque que Google y Yahoo! aplican con éxito). Entonces, ¿cuál es el momento indicado para rediseñar o adaptar nuestro sitio web?
Rediseñar nuestro sitio web cuando…
- Solo es apto para computadoras de escritorio. Muchos sitios web han quedado desactualizados, o asumen que el usuario siempre ingresará desde una computadora de escritorio. Sin embargo, nuestro sitio debería ser fácil de usar desde tablets, laptops y teléfonos, relojes o televisores inteligentes. Deberíamos adaptarlo para que sea responsivo o bien generar versiones alternativas, ambas opciones que pueden involucrar un rediseño total.
- No se ve bien en navegadores modernos. Cuando en la página de inicio de un sitio web se le exige al usuario navegar desde un browser en particular, puede ser por dos motivos: porque sus características son demasiado modernas (p.ej.: Custom Elements solo funciona en Chrome) o porque son demasiado anticuadas (generalmente, de la época en que Internet Explorer 7 era el navegador más común). En este último caso, es urgente una reescritura del código que lo vuelva apto a cualquier navegador, y esto podría incluir un cambio en el estilo visual.
- Su sistema es anticuado. Es probable que hayamos desarrollado nuestro sitio web sobre un CMS que ya no se utiliza o no tiene más soporte. En este caso, deberíamos migrarlo a un sistema nuevo, y es una buena oportunidad para rediseñarlo.
- Tiene problemas de usabilidad. Si los usuarios tienen dificultades para realizar las acciones que desean en nuestro sitio web, quizás debamos afrontar un rediseño total o parcial. También es posible que las características actuales funcionen pero se puedan mejorar con tecnologías más modernas (por ejemplo, si hay una función para subir imágenes desde la computadora, podemos enriquecerla agregando la opción de arrastrar y soltar).
- Nuestra empresa ya no es la misma. Es probable que hayamos cambiado de rubro o queramos emprender un proceso de rebranding, pero manteniendo el nombre. La empresa tiene una nueva identidad y su sitio web deberá reflejar ese cambio.
No rediseñar nuestro sitio web cuando…
- Los usuarios están contentos con el diseño actual. Según expertos, los usuarios rechazan el rediseño. Debemos estar seguros de que el nuevo diseño será significativamente mejor que el anterior, o bien limitarnos a hacer pequeños cambios incrementales.
- Queremos agregar secciones nuevas. Agregar nuevas secciones, como un blog, no debería ser excusa suficiente para encarar un rediseño total. Las nuevas secciones pueden incorporar elementos diferentes respetando los lineamientos del diseño actual.
- Queremos sumarnos a alguna moda. No tiene sentido subirse a la ola del momento (actualmente, el flat design) si no representa una mejora sustancial sobre nuestro estilo actual. Sin embargo, no está mal jugar con estas tendencias en landing pages o hot sites.
- La competencia rediseñó su sitio web. Si entramos en un proceso de rediseño por esta razón, lo haremos a las apuradas y obtendremos un resultado insatisfactorio. Probablemente lo mejor sea identificar las áreas que están funcionando mal y modificarlas ligeramente (por ejemplo, cambiando un botón call-to-action de lugar).
Conclusiones
Un rediseño total implica mucho tiempo y dinero. Además, es riesgoso: podemos ahuyentar a nuestros usuarios habituales, perder posicionamiento en buscadores o minar la imagen establecida de nuestra marca. Por eso, debemos estar seguros de si nos conviene rediseñar el sitio por completo, adaptarlo gradualmente o dejarlo como está.
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