Con anterioridad hemos mencionado las ventajas de los sistemas de gestión de contenidos, conocidos como CMS por sus siglas en inglés. Antiguamente no existían muchas herramientas que asistieran tanto al desarrollo como a la actualización de los sitios web. En general, quien se encargara del desarrollo debía también encargarse de la publicación de contenidos, ya que contaba con el conocimiento necesario para hacerlo. Pero las aplicaciones para gestión de contenidos resolvieron ese problema a partir de tres grandes pilares:

1. Una plataforma sólida, que admite sobre ella grandes posibilidades de diseño y desarrollo.
2. Un flexible sistema de widgets y plugins, que permite incorporar nuevas funciones con facilidad.
3. Un panel de administración (back-end) que facilita al responsable del sitio la publicación y edición de contenidos.

De esta manera, cualquier negocio puede encargar a un equipo de diseñadores y programadores el desarrollo de su sitio web pero sin depender de ellos para su actualización, ya que el propio editor del CMS lo asiste en esta tarea.

Sistemas como Drupal, WordPress, Joomla, Mambo, PrestaShop y Magento ofrecen estas prestaciones, pero se orientan a tipos de sitios web particulares, como blogs y tiendas en línea. Su adaptación a otros formatos no siempre es exitosa. ¿Qué sucede si necesitamos un sitio web que se ajuste específicamente a nuestras propias necesidades?

En 4r Soluciones hemos implementado 4R CMS, nuestro propio sistema de gestión de contenidos, que además de facilitar a nuestros clientes la administración de sus sitios web, nos permite trabajar con una total libertad en las etapas de diseño, desarrollo y mantenimiento. Contar con una plataforma propia implica deshacernos de las limitaciones de los CMS abiertos al público, que sólo nos permiten manipular algunas de sus características a través de las funciones encapsuladas en sus API. Al utilizar un sistema cuyo funcionamiento conocemos en su totalidad, podemos generar soluciones que se ajusten con exactitud a los requerimientos planteados por el cliente. Una solución orientada a un cliente particular implica mayor personalización, mayor seguridad y una total adaptación a cualquier cambio en los requerimientos.