Una vez que un usuario ingresó en un sitio web, ¿cuánto tiempo tarda en decidir si se quedará en él o lo abandonará? De acuerdo con el experto en usabilidad Jakob Nielsen, ese período es de entre 10 y 20 segundos. Pero no debemos confiarnos: en esos primeros 20 segundos, mientras menos tiempo haya pasado el usuario en el sitio, mayor es la probabilidad de que lo abandone. Luego del segundo 20, ese comportamiento se mantiene, pero atenuado; por ejemplo, si el usuario ya pasó 30 segundos en el sitio, todavía es bastante probable que se quede diez más.

La «regla de los tres segundos» sugiere que debemos capturar la atención del usuario en ese lapso inicial, donde la probabilidad de abandono es más alta. Que los usuarios abandonen nuestro sitio afecta la imagen que tienen de nuestra marca y, naturalmente, evita cualquier tipo de conversión. ¿Qué motivos pueden llevar a este comportamiento?

• Malos tiempos de carga. Quizás el factor más importante: se considera que el 57% de los usuarios tarda tres segundos en abandonar un sitio web con problemas de carga. En un artículo previo brindamos varios consejos para mejorar los tiempos de carga.
• Contenido mal organizado. Un usuario puede abandonar un sitio web si no encuentra inmediatamente lo que busca. Un título, una imagen o algún otro elemento deben capturar sin demora la atención del lector y darle una idea de la naturaleza de nuestro producto o servicio. Lo peor que podemos hacer es llenar la página de contenido no jerarquizado.
• Diseño olvidable. Si los usuarios se ven inmediatamente impactados por un diseño fuera de lo común, se verán inclinados a quedarse en el sitio, incluso aunque necesiten paciencia hasta que termine de cargar. Un sitio web con diseño olvidable, en cambio, sólo puede defenderse a través de su contenido.
• Publicidad molesta. Distintos tipos de anuncios aumentan los tiempos de carga y dificultan la lectura.

Es aconsejable evitar estos errores desde las primeras etapas del proyecto, ya que de lo contrario pondremos demasiado esfuerzo en el desarrollo de un sitio web que nadie querrá leer.